Yadira Lemus es una madre en la escuela de Impact. Su hija Debbie, está en el primer grado, va a Impact Puget Sound Elementary. Su hijo Ithiel, en el kínder, va a Impact Salish Sea Elementary. En un año escolar ordinario, estas escuelas estarían en diferentes lugares- Tukwila y el sur de Seattle. Sin embargo, antes de la pandemia, estas dos escuelas ya estaban planeando en compartir el edificio en Tukwila. Durante la pandemia, las dos escuelas han estado operando virtualmente, aunque la escuela está ofreciendo cuidado de niños en este lugar a las familias que lo necesitan.
Yadira creció en Fresno, CA, donde a menudo la sacaban de su clase porque no hablaba inglés. Cuando fue a la escuela secundaria en Los Ángeles, CA, ella fue colocada en un grupo de inglés como segundo idioma (ESL). Ella se sentía atrasada, desanimada y sin voz en su aprendizaje. Este trato a los estudiantes que están aprendiendo inglés, lamentablemente es común en el sistema de educación pública, esto refuerza la narración que los nativos de habla inglés son naturalmente “más inteligentes” que los estudiantes que hablan otros idiomas. Incluso cuando recibió una A en su clase de inglés parte de la educación general, Yadira recuerda que sus compañeros de clase cuestionaron la legitimidad de su grado.
Yadira navegó sola el sistema opresivo de educación; sus padres no tenían mucha participación en su educación. Aunque demostró una resistencia increíble, esta experiencia sigue siendo dolorosa al contarlo. Yadira y su familia emigraron aquí desde México, y tampoco hablaban inglés ni español. Ellos hablaban un dialecto llamado Mixteco, originario de Oaxaca. “Al crecer, nunca tuve su apoyo en la escuela, no porque no nos amaran, sino porque tenían que trabajar para mantenernos. Nunca pensé que fuera posible hacer más”.
Después de navegar con éxito por el sistema educativo sola, y mudarse a Washington y comenzar a trabajar en los Centros de Salud Comunitarios Sea Mar, Yadira vio la representación de personas exitosas que se parecían a ella. “Vi doctores/as hispanos. Vi asistentes médicos y enfermeros/as hispanos/as. Y me hizo pensar: Nosotros podemos ser parte de esto. No es sólo para la gente blanca o los ricos. Es algo que todos podemos alcanzar, y la educación juega un papel importante en esto”.
Hoy en día, como madre, ella quiere abogar por sus hijos lo que ella misma careció. Esta es su motivación primordial. “Es muy importante como padres involúcranos lo más posible en la educación de nuestros hijos/as. Yo no creo que sea solo la responsabilidad de los maestros/as o de la escuela en educar a mi hijo/a. Empieza en casa. Las maestras y yo trabajamos juntos”. Yadira comparte con ellos cada lucha y momento alegre de la escuela. “Quiero que mis hijos sepan que no hay límite asía donde quieren llegar”, dice con gran convicción.
Yadira se enteró por primera vez de la escuela Impact, en un evento comunitario cuando Debbie tenía dos años de edad. Ella no sabía mucho acerca de las escuelas autónomas, pero estaba dispuesta a correr el riesgo de asistir a una escuela autónoma después de enterarse de que su sobrina fue acosada “bullí” en la escuela del vecindario. Sabía que una escuela privada no era una opción porque no podría pagar por uno o todos sus tres hijos. Estaba dispuesta a probar cualquier cosa que tuviera la oportunidad de cumplir sus esperanzas y sueños para sus hijos “para convertirse en buenos ciudadanos y ayudar a los necesitados”.
Estaba encantada cuando cada uno de sus hijos se inscribió en Impact. Ella sentía que todo lo que hacía la escuela estaba bien planeado e intencional, y que “tomamos la mejor decisión de inscribir a Debbie e Ithiel allí”. Sus hijos están siendo educados y desafiados para que alcancen su máxima potencial en un ambiente inclusivo.
Yadira se ha destacado como madre y como alguien que aboga. Ella ciertamente es una jugadora clave. Ella ha servido como el punto de contacto para padres con los maestros en la clase de Debbie, ofreciendo horas interminables para apoyar a los maestros en el salón de clases, animó a los padres a asistir a eventos, ayudó a construir el patio de recreo de la escuela, y planeó la cena de mentores. Incluso ayudó a organizar un desfile de graduación durante el cierre del edificio escolar debido al COVID-19, que trajo mucha alegría durante los tiempos de aislamiento.
Cuando WA Charter organizó el Día Legislativo de padres en Olympia a principios de 2020, Yadira fue una de las primeras madres voluntarias. Habló con valentía con los legisladores acerca de cómo las escuelas autónomas como Impact están haciendo una diferencia en la educación de sus hijos y por qué sus hijos, al igual que los estudiantes de otras escuelas públicas, merecen tener fondos iguales para la educación pública. Aunque que ella ya avía estado en Olympia con Sea Mar, esta experiencia abogando por la educación de sus hijos fue reveladora y le dio el poderío para compartir su historia personal.
Yadira cree que los padres deben colaborar con los maestros para ayudar a sus estudiantes triunfar en la escuela. “Hay un grupo de padres en la escuela llamados el comité de la aldea en acción (Village Action Committee). Me encanta esta representación porqué somos como una aldea instruyendo a nuestros hijos/as”.
Yadira continuará involucrada en la educación de sus hijos y siguiera abogando para tener opciones escolares más inclusivas y equilibradas para todos los niños. Su siguiente objetivo en la escuela es ser punto de contacto para las familias que hablan español, y ayudarles a sentirse capacitados para estar involucrados en la educación de sus hijos.
Los padres como Yadira que abogan son nuestra mayor esperanza cuando se trata de cambiar las políticas inequitativas y crear comunidades escolares inclusivas y solidarias. Si desea abogar para tener una equidad educativa o participar de otras maneras, considere las siguientes acciones:
- Abogar por opciones de escuelas autónoma de alto calidad.
- Involucrarse con Impact Public Schools
- Done en línea a Impact Public Schools o WA Charter
- Ayude como voluntario cunado los estudiantes regresen a las escuela en persona